lunes, 17 de junio de 2013

mi emoción preferida

Voy a hablaros sobre algo que me emociona, e incluso me hace llorar, esto es el carnaval. Ya se sabe que hay varios tipos de carnaval en Cádiz, los cuartetos, los coros , las chirigotas y las comparsas. La que a mi me enociona es esta última, las comparsas, porque hablan de temas de actualidad, temas de amor o desamor y críticas hacia los gobiernos tan dañinos que actualmente sufrimos. Pues bueno, cuando escucho mis carnavales, entran absolutamente por todos los poros de mi piel, y es entonces cuando aparecen los sentimientos, se me eriza la piel sólo con escuchar esas voces, y cuando me paro a analizar la letra, es el momento clave en el que fluyen todos los sentimientos y comienzo a llorar de emoción. Siempre que escucho las comparsas me ocurre lo mismo, y para quienes le interese este tipo de emoción, dejo aquí un enlace a un vídeo de una comparsa que a mi parecer es súper emocionante, que hace pensar porque no es lo que parece.

Pequeños placeres, a veces no tan pequeños

En este articulo voy a hablar sobre un pequeño placer, que, más bien para mi, es un gran placer que me encanta. Me refiero a ese momento en el que, después de un largo día, te echas en el sofá después de la cena y ves alguna serie. A mi me pasa que, cuando llevo un rato acostada en el sofá, los ojitos se van cerrando poco a poco, pero lucho por no dormirme, porque después me costará más irme a la cama, pero inevitablemente cada vez los párpados pesan más y más, y entonces comienzo a entender que lo que más me gustaría en ese momento es rendirme y dormir sin más, por lo que así sucede. Me duermo, y es como aguantarse la risa en un momento serio, una vez que pasa, ya te da igual todo, y en eso consiste este gran placer para mi, aunque siempre que me pasa esto aparece mi madre para estropearlo, me zarandea y me dice: ¡venga a la cama, que en el sofá no se duerme!